Visitas

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Melbourne


Nivel de inglés: No lo tengo muy claro, que queréis que os diga. La verdad es que todos estos días en Melbourne me los he pasado hablando y escuchando inglés, y me he defendido, pero de ahí a decir que hablo inglés va un abismo. Es cierto que este viaje no lo hubiera podido hacer el primer mes que estuve aquí ni de coña, pero aún así, después de tres meses en Australia, esperaba tener algo más de nivel, la verdad. Bowen y Michael (mis compañeros de viaje) se han echado buenas risas a mi costa por mi lamentable pronunciación y las meteduras de pata cuando hablaba y mezclaba past participle, past simple y otras movidas semejantes. Pero bueno, yo también me reía de mi mismo, ¿qué iba a hacer?, la mayoría de las veces era bastante gracioso. Menos mal que aún me quedan varios meses por delante, porque si tuviera que volver ahora tendría la sensación que no he aprendido nada relevante todavía. En fin, habrá que armarse de paciencia y currárselo un poco más, lo que tengo claro es que no me voy de aquí hasta que no tenga un nivel aceptable de inglés.

Lo primero quiero pedir disculpas por lo poco que me lo he currado con el blog estos últimos días, pero tenéis que entender que la semana antes de acabar las clases (ahora estoy de vacaciones) tuve dos exámenes el mismo día, y después, con todo el rollo del viaje a Melbourne, no he tenido tiempo hasta ahora para poder escribir esta entrada. Espero poder seguir con el ritmo marcado de una entrada por semana.

Tal como conté en anteriores entradas, he pasado unos días en Melbourne, un buen comienzo para estas tres semanas de vacaciones forzadas que tengo por delante. Me apunté a última hora cuando mi compañero de clase, Michael (recordemos, el alemán gafe) me dijo que iba a pasar unos días en Melbourne con su antiguo compañero de casa, Bowen (un taiwanes muy cachondo), así que, en apenas 30 minutos, reservé vuelo y hostel para pasar esos días con ellos. Como quiera que el vuelo era bastante caro a la hora que ellos lo habían pillado (las 8 de la tarde), yo pillé un avión más económico ($30 menos) que salía un pelín antes (a las 7 de la mañana), por lo que empecé el viaje levantándome de la cama a las 4 de la mañana para pillar el tren hasta el aeropuerto. De esa forma comenzaron mis vacaciones. Ducha rápida, desayuno precipitado, y a la calle, con más sueño que un oso en invierno y sin tener ni idea de dónde estaba el hostel en Melbourne ni como iba a llegar a la ciudad una vez el avión hubiera aterrizado (Avalon, el aeropuerto de Melbourne, está a tomar por el culo de la ciudad) Por suerte la primera parte, llegar al aeropuerto de Sydney y pillar el avión, salió bastante bien, y pude coger el vuelo sin mayores complicaciones. Y la segunda parte, arribar en el hostel de Melbourne, también logré completarla sin problemas. Así que allí estaba yo, solo en una ciudad desconocida, y con 12 horas por delante hasta que llegara el resto del grupo. No me quedaba otra que dedicarme a la exploración, algo que se está convirtiendo en un hábito. Pero no os preocupéis, he aprendido de mis errores, y no quiero que vuelvan a echarme de un sitio como lo hicieron del Opera House, así que tan solo caminé por las calles y observé los edificios desde una prudente distancia que no albergaba riesgo alguno de acabar en comisaría. La primera impresión acerca de Melbourne es que es una ciudad muy diferente de Sydney, mucho más europea. En algún momento de mi caminata (y creedme, el primer día anduve más que Forrest Gump), hubo momentos en los que creí estar en alguna capital europea como Berlín, o Londres. Pero bueno, tampoco quiero enrollarme mucho con este tema, si estáis interesados en el lado turístico de la ciudad podéis pillar una guía o consultar Internet.

Finalmente Bowen y Michael llegaron (¡a las 11 de la noche!... para que luego hablen de la puntualidad alemana) Poco más aquel día: cenar algo cerca, un par de cervezas y al sobre… Ah, bueno, y sesión de fotos, por supuesto, no sé no cuantas fotos han sacado entre los dos en seis días, pero estaban todo el tiempo con la puñetera cámara en las manos, ¡joder, si hasta fotografiaban los cubos de basura!, menudo par de frikis. Yo, por supuesto, me había dejado la cámara en la habitación para variar. El último día del viaje le pedí a Bowen que me pasara las fotos al Ipad, y, después de borrar varias decenas que no me interesaban, tenía 485 en el puñetero Ipad, ¡485 en solo seis días! En serio, ni los de National Geographic. Iba a meter algunas fotos en esta entrada, pero como soy un desastre, cuando pasé los archivos del Ipad al Mac hice algo mal y borré todas las fotos. ¡Qué queréis!, es la primera vez que tengo un Mac, es normal que me haga alguna cagada de vez en cuando, ¿no? Es el proceso natural de aprendizaje. De todas formas le he pedido a Bowen que vuelve a pasarme las fotos, en cuanto las tenga haré una entrada especial con las mejores de ellas y algunos comentarios, lo prometo.

¿Por dónde iba? ¡Ah, sí, el segundo día! Dormíamos en un hostel muy céntrico, en una habitación para seis personas, llamado Greenhouse backpacker, por si os da por viajar a Melbourne y queréis un buen sitio para alojaros; limpio, barato y agradable (todo lo que no he encontrado en mis dos acommodations de Sydney…) Bien, continúo. El segundo día lo dedicamos a explorar la ciudad, esta vez en mayor profundidad, entrando en los sitios (ahora que tenía la cobertura del taiwanes y el alemán) Melbourne es más barato que Sydney, y puedes pillar el tren y el bus que la ciudad pone a disposición de los turistas para viajar a cualquier sitio gratis, algo que en Sydney es impensable (creo que esa palabra ni siquiera existe en su vocabulario) Total, que pasamos el día de un lado a otro, viendo museos, edificios, bares… en fin, un montón de cosas (para más detalles acudir a la guía o a Internet, citados anteriormente) Terminamos el día metidos en un pub enorme donde servían jarras de cerveza por $8 cada una (una ganga, de verdad) y pizzas pequeñas por $4 (ese precio no se ve ni en España); total, que en ese bar nos juntamos con un coreano que dormía en nuestra misma habitación y que al día siguiente se piraba a Brisbane a las 6 de la mañana, lo convencimos para que se tomara unas cervezas con nosotros y la cosa acabó como no podía ser de otra manera; era la primera vez que el coreano bebía alcohol (era un chaval bastante joven), así que, tras un par de jarras, se tuvo que ir al hostel más mamao que David Hasselhoff en ese video de la hamburguesa. Nosotros, tras 9 jarras, decidimos que una retirada a tiempo es mejor que una derrota humillante, así que regresamos al hostel, donde nos encontramos al coreano tirado en el suelo de la habitación, con los pantalones por las rodillas, y una cara de borracho que hubiera sido el orgullo de sus padres (por supuesto los dos frikis se hartaron de tomar fotos) Lo metimos como pudimos en la cama y nos fuimos a sobar. Al día siguiente teníamos una prueba de fuego: habíamos alquilado un coche para recorrer la Great Ocean Road, un carretera muy popular con unas increíbles vistas del océano. Necesitábamos coger fuerzas ante lo que estaba por venir, porque era la primera vez que íbamos a conducir por la izquierda…

Conducir por el lado contrario es toda una experiencia. Primero te sientas en el lado del copiloto, por lo que todo es bastante extraño al principio. Cuando vas a poner el intermitente le das sin querer al limpiaparabrisas, porque las palancas están situadas en el lado contrario al que estamos acostumbrados. Pero bueno, ni tan mal, en apenas unos minutos ya te has hecho con el control de la situación, y aunque la perspectiva conduciendo desde el lado izquierdo es un tanto chocante, pronto te haces a ello, así que al final es menos complicado de lo que podrías esperar. Lo malo es conducir en una ciudad desconocida atendiendo las instrucciones de un taiwanes y de un alemán que te gritan cosas en inglés al mismo tiempo (e veces contradiciéndose entre ellos), así que os podéis imaginar. Mis dos compañeros me dejaron a mí el cometido de salir y entrar en Melbourne, mientras que ellos se dedicaron a conducir una vez nos encontrábamos en la carretera. Salir de la ciudad fue toda una odisea, me salté dos semáforos en rojo, y en una ocasión me metí por la dirección errónea, atravesando una calle por la derecha en plan kamikaze (menos mal que la calle era corta y solo vino un coche de frente, aunque creo que acabó destrozando el pito y nos insultó en todos los idiomas que se le pasaron por a cabeza en esos agónicos segundos) Por supuesto Bowen y Michael no hacían más que gritarme y llevarse las manos a la cabeza (creo que en algún momento pensaron en saltar del coche en marcha), pero al final, con más pena que gloria, logramos salir de la ciudad y adentrarnos en la famosa carretera (famosa para los australianos, claro, porque yo era la primera vez que la oía) El resto del día muy bien, un montón de kilómetros con unas vistas espectaculares, muchas risas, millones de fotos y al final, después de todo el día conduciendo, llegamos a los Doce Apóstoles, un conjunto de rocas titánicas a orillas del océano por las que merece la pena recorrer tantos kilómetros. Tras esto (y mil fotos más en ese lugar), camino de vuelta a casa, de noche, y una vez cerca de Melbourne otra vez me tocaba a mí pillar el coche. Un desastre, la verdad, más de una hora dando vueltas para encontrar el sitio donde teníamos que aparcar el puñetero coche. No sé ni cuantas pirulas pude hacer, pero si no acabamos en comisaría fue de puro milagro.

Esa noche celebramos el cumpleaños de Bowen (que era ese mismo día) Paella preparada por mí para cenar y un juego improvisado para beber calimocho (estoy empezando a odiar profundamente esa bebida) Se juntó con nosotros un neozelandés que estaba en la cocina, más tajao que Boris Yeltsin en una boda, y que acabó poco más o menos como el coreano de la noche anterior. Lo dejamos durmiendo la mona en un sofá de la sala común (lo de ir dejando personas borrachas tras de nosotros se estaba convirtiendo en una peligrosa costumbre), mientras nosotros nos fuimos a la cama, destrozados por el día que habíamos pasado. Esa fue nuestra última noche de juerga, y la verdad es que fue bastante lamentable.

El domingo lo pasamos con más pena que gloria pateando de nuevo la ciudad. No hay mucho reseñable en ese día. Acabamos cenando en un italiano muy famoso por allí (estaba bastante alejado de la ciudad y no me acuerdo del nombre, lo siento) Alguien la cagó a la hora de pedir (fue el camarero, pero se negó a aceptarlo), y terminamos con la mesa hasta arriba de comida y pagando una cuenta de unos $22 por cabeza, lo cual tampoco es caro si lo piensas, porque había comida para un regimiento cosaco. Total, que nos llevamos las sobras en un tuperware y solucionamos de una tacada la comida del día siguiente.

El lunes, un día antes de regresar, decidimos hacer otra excursión, esta vez metidos en un bus que nos llevase, ya habíamos tenido suficiente coche por este viaje. Tocaba día de ver animales (ahorraros los chistes fáciles) y el bus nos llevó hasta Philip Island, en la punta sur de Australia, para ver los Little penguin, una especie de pingüinos pigmeos que solo residen en esa parte del país. El trayecto nos llevó primero a ver canguros (los primeros que veo desde que estoy aquí), donde podías darles de comer y tocarlos si querías; después vimos koalas (también los primeros que veo) y finalmente llegamos a Philip Island, donde, sentados en la playa, esperamos a que los Little penguin regresaran del mar al anochecer para volver a sus madrigueras (o como se llame el sitio donde viven los pingüinos) La experiencia estuvo bastante bien, y aunque nos jodimos de frio aguardando en la playa a que aparecieran los pingüinos enanos, la espera valió la pena. De repente, cuando la noche acababa de caer, empezaron a aparecer pingüinos del tamaño de una botella de vino arrastrados por las olas, que atravesaban la playa tambaleantes (no pude hacer otra cosa que recordar al coreano y al neozelandés de las pasadas noches) para dirigirse a sus madrigueras. Fue bastante emocionante, de verdad, creo que es lo que más me gustó de todo el viaje. Por supuesto, mis dos compañeros de viaje se dejaron los dedos de tanto presionar el botón de sus cámaras.

No se me ocurre mucho más que contaros. El último día fue bastante normalito, más pateadas por la ciudad y poco más. Después bus de vuelta al aeropuerto y llegada a Sydney a eso de las 11 de la noche. Lo raro es que cuando llegué a Sydney me sentí como si, de alguna forma, hubiera vuelto a casa. Supongo que me estoy acostumbrando a vivir en esta ciudad.

24 comentarios:

  1. Bonito viaje Sito,pero yo esperaba alguna cosa mas cañera (una subida con el coche a una fuente,un robo de un koala para tenerlo como masquota......se me ocurren mil cosas).
    De todas formas el viaje parece que os fue muy bien (dejando como siempre tu huella alcoholica)y aunque a ti no te lo parezca seguro que tu nivel de ingles nos barre a todos(quiza al unico que no superes es al ruiseñor).
    Por cierto felicidades al Fernando,ahora el apodo de Vaina le viene como anillo al dedo,aunque creo que a partir de ahora le llamare SEMILLIN.Todo esta abrasada os la contara el seguro con pelos y señales conociendo al Fernandito.
    De momento no se me ocurre mas abrasada,VOLVERE.
    Un abrazo a toda la cuadrilla.
    Adios,adios...........

    ResponderEliminar
  2. Muy bien Sito, guay el viaje, toda una experiencia seguro, no hay porque disculparse por no escribir, vacaciones son vacaciones, (la peña es un poco cansa).

    Lo que no nos pones es como te fueron los exámenes, esperemos que bien. Ánimo con el inglés que lo consigues seguro.

    Que envidia va a pasar Franky con tus avistamientos de animales, y con las cervezas je je, chinchin estará rabiando... vaya pedales se pilla la peña esta no? Si la prima de riesgo dependiera del bebercio...

    El abuelo cebolleta sigue en forma, esta noche me comeré las pastas de su casa ji ji...

    Sito ya están aquí los Sons!!!!! El cas ya lo esta flipando...

    Aaaaaaaaaaaaaaaadiossssssss!!!!

    ResponderEliminar
  3. Muy buenas Sito.


    Me alegro que el viaje haya transcurrido sin mayores incidentes y lo pasaseis bien. Lo cierto es que no descartaba una visita a comisaría, pero mejor así.

    Tal y como te comenta Bully cuando sepas algo de tus exámenes nos lo comentas, yo por mi parte hice el oral hace dos días y espero que a ti te hayan ido mejor que a mi, todavía no sé los resultados pero vamos, que seguro que no me confundieron con un nativo de Londres.

    ¿Qué tal la búsqueda de piso? Ponte las pilas que te veo volviendo a Melbourne a dormir con los pingüinos enanos en sus madrigueras.

    Adiós, adiós


    PD: Sito tienes que dejar esa costumbre de ir dejando borrachos por todas partes, parece que tienes un superpoder joder.

    PD: Si te dejan elegir superpoderes porfa, cambia el que tienes por otro más útil.

    ResponderEliminar
  4. HOLA SITO
    QUE TAL ESTAMOS?? VAYA BIEN TE LO PASAS, TE COMENTO QUE DEBES TENER CUIDADO CON LAS AUSTRALIANAS AQUI OS DEJOE STA NOTICIA MUY CAÑERA¨
    Yo por Bruce Springsteen MA-TO
    A uno le puede gustar la música de manera exagerada, sentir como si fuese el motor de su vida. Incluso uno puede ser fan y defender a ultranza a un artista como si se tratara de su hijo o de su amor platónico. Sin embargo, lo que no es del todo normal es lo que ocurrió en Australia el 8 de julio del 2006 cuando a una tal Karen Lee Cooper de 50 años se le fue la pinza y mató a su marido simplemente porque éste, harto de tener que escuchar a Bruce Springsteen, apagó el tocadiscos.

    Poseída por la locura en ese momento en el que dejó de sonar su artista preferido, la mujer fue a la cocina, cogió un cuchillo y le apuñaló hasta la muerte. Acto seguido, la mujer intentó suicidarse sin éxito ingiriendo una alta dosis de tranquilizantes. Cuando fue interrogada, Karen Lee Cooper, lejos de pedir perdón o arrepentirse tras lo sucedido, se limitó a declarar a la policía lo siguiente:

    “¿Pero a quién demonios no le gusta Bruce Springsteen? ¡Dios mío! Me volví furiosa.”
    SIN MAS UN BESITO NOS VEMOS

    ResponderEliminar
  5. Hala!,ahora escribo por aquí Sito.Lo del skipe lo tendré que compartir con algún torpedo por las conexiones.
    Tú a tu ritmo con el blog,como dice Bully,sin agobios.
    Menudas vacaciones tas pegao,seguro que si estoy yo a ese ritmo de dormir poco me sobo en el coche fijo.La verdad,siempre te he considerado buen conductor,pero cuando en la despedida de Jorge te fuiste para Lérida en vez de Logroño o volviendo de Vera te metiste en medio de Pamplona con el Bully cagándose vivo me dí cuenta que no miras los carteles.Es que te imagino por Melbourne...
    Bueno,mañana vuelvo de vacaciones y ganas de currar pocas,pero ganas de ver a la peña muchas,así que compenso.UN ABRAZO

    ResponderEliminar
  6. Saludos sito:
    Me das mucha envidia con el viaje ke te has cascado.
    He seguido tu consejo y he mirado en google lo de los 12 apostoles,pero solo me salen cuadros de unos tios melenudos jodiendose a pan y vino.un tal marcos,juan y un tal judas ke se la jugo aun tal jesus ke era ke les invitaba a cenar(por cierto no me estraña ke se la jugara despues de invitarles a pan y vino.No se para mi ke eso no es lo ke viste.haber si alguien de la cuadrilla me dice si estoy ekivocado.
    Salud.

    ResponderEliminar
  7. No te apures Sito, que seguro que el inglés lo controlas más de lo que parece, y si es caso ya te ayudaré un poco con la pronunciación a tu vuelta, aunque ya me he jugado por ahí una cenita a que ya te estás planteando en hacerle alguna visitilla al Vitín por la Islas Cocodrilo.Y enhórabuena que ya me ha contado el Jorge lo tuyo con la profe, que cayado te lo tenías.

    ResponderEliminar
  8. ¿coooooooooooooomoooooooooooooooooooo?
    ¿que ha pasado con la profe?
    sito no me digas que la has estronzado...
    tu di que si,no te cortes, ya que si no te entra el ingles como tu quieres por lo menos aprovecha el viaje y le zumbas bien.

    ruiseñoorr canta no nos dejes asiii

    ResponderEliminar
  9. Sada, como este leyendo esto Benedicto equis-uve-palito te cae una excomunión del carajo, pero como se te ocurre hombre... Por cierto quizás deberías comenzar una disertación técnica sobre el uso del vidé en Australia, ya te acuerdas que cocodrilo no sabia para que servía...

    En fin Sito este finde me toco pasar por el Trompin,(perdón a mis fans) estaba yo atizándole fuerte a la mesa y sale un tío con bigote y dice, “atención que va a salir el trompin” joder casi me atraganto con la tortilla y me pongo contra la pared, pero no, era un elefante tipo Power rangers que fue vilipendiado por toda la turba infante del local... Me pareció la frase tan buena que ya sabéis, cuando queráis tema, con esta frase lo tenéis chupado (bueno esto útimo es a parte), “va a salir el trompin” y ya esta echo...Guiller esta frase no vale para ti eh?
    Por el pueblo sin novedad...
    Aaaaaaaaaaadios....

    ResponderEliminar
  10. A ver Chinchin lo de la profe es una coña que soltamos en Los Rotos el Ruiseñor,el Felixin y Yo,aunque quien sabe................
    Por cierto Bully no me ha quedado muy claro con que le estabas atizando fuerte a la mesa.....conociendote seguro que era muy grande....es muy posible que el del bigote te ponga en lugar del trompin.MARIQUILLAAAAAAAAAAAAAAAAAA.
    Al Guillermito y al Sito habria que decirles: ¡QUE VIENE EL TROMPONNNNNNNNNN!
    Seguramente nos vamos este finde a Senda viva con la chiquilleria,el que quiera venir que se apunte.Seguro que el bully se apunta,tu Sito quieres entrada solo para ti o para familia numerosa(piensa por que lo digo Chinchin).
    ¿Alguien sabe algo del Cascante?
    ¿Creo que tiene una nueva adquisicion(creo que coreana)?
    ADIOS,ADIOS......

    ResponderEliminar
  11. Pumon,no hace falta que te lo diga pero si quereis venir a Senda viva con toda la family(incluido el tio Antonio)ya sabes que encantados.
    Adios,adios.......

    ResponderEliminar
  12. Abuelo cebolleta, no hace falta que nos cuentes con pelos y señales tu viaje a senda viva, a mi me acaba de surgir un imprevisto y lamento mucho no poder acompañaros...
    Ah ya os informaré de cuando hacemos la merienda de mi cumple vale? Sito ya me imagino que llegarás tarde, te guardamos uno de nocilla...

    ResponderEliminar
  13. Bully date por felicitado k no me voy a acordar

    ResponderEliminar
  14. Llevaras ya de una puta vez algo digno de ver a la merienda,por ejemplo alguna negrona que nos haga un stritis o casi mejor ¿por que no le pedimos al del bigote el Trompin?.

    ResponderEliminar
  15. Pues yo ya me había creido a pies juntillas lo de la profe del Sito, para no perder el contacto y las clases pagadas en vacaciones más que nada. Y respecto al Trompín puede ser una alternativa de trabajo nada nada desdeñable para el Luisito en Australia, joder primero sale disfrazado se sienta en la primera mesa del garito que vea, encogorza a todos los presentes con el juego del "canguro masoca" y se larga con toda la "trompa", redondo, alterna de gratis por los mejores pafes de Sidney, y encima le pagan. Sito como empieces no vuelves, podrías crear escuela.

    ResponderEliminar
  16. Gracias por las felicitaciones sada, estoy a punto de llorar...
    A ver Jorge con la edad que tienes no estas para excesos, con la nocilla y los panchitos vas sobrado, ahora no podrias con un "Hollywood center" ni de coña...(no me imagino un striptease en tu huerto ni de lejos je je...)

    Pero igual hay que celebrarlo en el trompin tal y como esta la cuadrilla, ya sabemos todos quien hará de trompin...

    ResponderEliminar
  17. Si estaria bien un una striper vestida de monja,con un crucifijo invertido

    ResponderEliminar
  18. Buly seria todo un detallito que nos pudiesemos inflar a cerveza en tu cumple, ya sabemos que siempre has sido muy gay y desde que tienes novia la cosa se ha agravado potencialmente, pero joder, piensa en los demas cojones!!!!!

    ResponderEliminar
  19. Querido Jorge, ya sabes que soy un envidioso y como el Sito andaba con una china yo he tenido que buscarme una adquisición coreana... que no me llegaba para el Michubichi.
    Rabia que la noticia de los empujamientos con la profe fuera un bulo, ya estaba yo pegando saltos en el sofá!! Sito danos algo de carnazaaaaaaaa!! más que nada para que los comentarios sigan fluyendo que si no me veo tragándome toda la excursión del Calvorón a senda viva...
    AAAAAAAAAAAAADIOS!!

    ResponderEliminar
  20. Me pensaré lo de la cerveza chinchin, de verdad...
    pues yo creo que soy igual de gay antes y después de tener novia...
    Sada otra excomunión a acumular con la anterior...
    Sito tu saca el trompin cuando puedas y cuéntalo cuando quieras...
    Chinchin ya me he pensado lo de la cerveza... ni de coña que me veo cuidando yo de los chiquillos...

    ResponderEliminar
  21. Sada que no me contestas en el whatsapp so bobo.

    ResponderEliminar
  22. Qué gran experiencia salao. Resulta emocionante ver que todavía hay cosas por descubrir en ese islote.

    ResponderEliminar
  23. Maaadre lo quehay que leer,y eso que me he cogido una mierda de móvil táctil sin lapicerito y casi no me cabe el dedo coño!!!.Por lo menos leo el blog,aunque no puedo enviar emilios ni escribir en el blog,algún consejo?.Sí tengo internete(por las pullas).
    Jorge;gracias por la invitación.El striptease en tu huerto es inpensable hombre!,tu tío el camarlengo nos excomulga a todos.Aunque...VOTO POR EL STRIPTEASEen la merendola.
    Sadita;el cuadro de melenudos poniéndose ciegos de vino es un grupo de esos que le gustan a Dani,seguro que él te dice cómo se llaman.
    Bueno que ya paro de escribir que cojo soltura y no paro.AADIOS

    ResponderEliminar