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sábado, 25 de junio de 2011

Un día cualquiera

Nivel de inglés: ¿Cómo puede ser que un día entienda casi todo lo que me dice la gente y al día siguiente parece que hayan cambiado completamente de idioma?

Os voy a describir cómo es un día normal aquí en Sydney. Acompaño algunas fotos para que sea más gráfico, aunque para ello he tenido que echarme la cámara al hombro (bueno, no literalmente, que la cámara que tengo es más pequeña que un paquete de tabaco, pero ya me entendéis) y sentirme un poco japonés.

El día arranca temprano en Nola´s house. Si tienes suerte de poder quedarte en la cama porque no te toca madrugar, pues lo siento, pero no va a ser posible. A las 7 de la mañana el Sol inunda la habitación como si fuese mediodía (si, si, ya ha dejado de llover por aquí, ahora tenemos unos agradables 18º la mayor parte del día), y si esto no es suficiente para despertarte no hay de qué preocuparse, para eso está la jodida Phoebe (recordad, la perra), que le da por salir al jardín y empezar a ladrar como una loca a todos los pájaros que ve (y lo peor es que ese rato de la mañana es el único que está activa, porque el resto del día se lo pasa sobando en el sofá). Pero por supuesto ahí no acaba todo, porque si el Sol o la perra no se han encargado de sacarte del dulce abrazo de Morfeo, aún está Choko y su flauta o el compañero brasileño, que no para de hablar por el móvil (para mí que tiene un rollo con una brasileña de por aquí) sea la hora que sea.

Total, que quieras o no, aquí madrugas por narices. Te levantas radiante y con la sonrisa Colgate en el careto, una ducha rápida (recordemos, más de 10 minutos y el agua se torna helada), un desayuno en la cocina, de pie, porque encontrar un hueco libre entre todo el pandemonio de cacharros sucios, comida y trastos es imposible, y a la calle.

Toca esperar la llegada del bus. Lo más probable es que haya un par de abuelos en la parada o paseando por la calle, porque en la zona donde vivo la media de edad no existe, aquí todo el mundo es un abuelo. Vamos, que fue a este lugar donde vino Matusalén cuando se jubiló.
                                                     
Mi parada del bus cerca de Nola´s house

Una vez en el bus toca un largo recorrido a través de las calles de Narrawena (la zona donde vivo), pasando por Dee Way y acabando en Manly (estas dos últimas zonas son un par de playas que están bastante bien, y en las que puedes ver docenas de surfistas todos los días esperando las olas, sea la hora que sea. ¿Estos surferos trabajan alguna vez?)

Llegamos al ferry. Último trayecto para alcanzar la city. Una media hora atravesando la bahía hasta llegar al centro neurálgico de Sydney. Esta parte es la mejor del viaje. Si hace un buen día puedes sentarte fuera, mientras el aire salado te golpea con fuerza el rostro (viene bien para terminar de despertarte) e ir disfrutando de las vistas de la ciudad que lentamente se va expandiendo en el horizonte. Los enormes rascacielos de la city se elevan ante tus ojos como si fuera Manhattan (en realidad no hay tanta diferencia); a la izquierda aparece el emblemático edificio de la Opera House, y a la derecha el puente de Sydney, el más viejo de la ciudad.
                                           
Una vista de la salida del ferry en Manly beach

Nos aproximamos a la city
La Opera House desde el interior del ferry
 
Ya estamos en la city. Miramos el reloj y ha pasado hora y cuarto más o menos (eso si ha habido suerte y el bus no ha hecho demasiadas paradas o hemos pillado el ferry a tiempo, porque si no la duración del visaje se puede disparar hasta la hora y media o más). Bien, el caso es que ya estamos en todo el meollo. Salimos del  ferry, recorremos unos cincuenta metros y la city está sobre nosotros;  enormes rascacielos que te parten el cuello cuando miras hacia arriba, un montón de gente (generalmente trajeada) que va de un lado a otro con evidente prisa, autobuses, coches… vamos, el bullicio de una ciudad inmensa. Es la hora de ir a la escuela. No hay problema, pues está a menos de dos minutos de la salida del ferry. Todo recto, una pequeña cuesta, y ya estamos en el cole (el cole, anda que parece que haya retrocedido veinte años en el tiempo, je, je)
Una imagen del cole. Es el edificio pequeño del medio, enfrente del tercer bus.
En otra ocasión os cuento algo más sobre un día típico en el cole, pero no ahora, que si no esto va a quedar demasiado largo (y ya sabemos que lo bueno, si breve…)
Terminamos las horas de clase y, dependiendo del horario, aún tenemos tiempo para patearnos la ciudad y perdernos entre sus calles y avenidas. De momento solo la he explorado por encima, para situarme, aunque la mayoría de las incursiones han terminado conmigo dando vueltas por apartados callejones sin tener ni idea de cómo narices he llegado hasta allí (y lo peor, sin saber cómo volver hasta el ferry). Por suerte, al final siempre acabo encontrando el camino de vuelta, aunque a costa de una buena pateada. Imagino que cuando logre encontrar un piso más cerca del centro comenzaré a aprenderme las calles de la city.
Llega la noche (recordemos que aquí es invierno y la noche se nos echa encima a las 17.30h) y cogemos el ferry para regresar a Narrawena. Las luces de la ciudad se van quedando atrás cuando nos adentramos en las lóbregas aguas del mar, pero nos quedamos con la espectacular estampa de la resplandeciente city que va encogiéndose mientras nos alejamos, rumbo a la pacífica zona en la que vivimos.
Sydney by night
Y así llegamos a la otra orilla. De nuevo otro bus hasta nuestra casa. De nuevo hora y cuarto (o más) de recorrido. Nos bajamos en nuestra parada, la noche nos rodea como una mortaja de oscuridad. Nuestra casa está cerca, pero aún así todavía tenemos que recorrer cerca de 200 metros. Escuchamos un gruñido que proviene de las sombras, donde una figura borrosa nos observa con ojos ansiosos. Pasa un coche y sus faros desvelan que se trata de un anciano; vemos algunos más repartidos por la calle, como buitres esperando a que la comida exhale su último suspiro. Cuando la oscuridad retorna los gruñidos se intensifican, hay más abuelos de lo que nos temíamos. Aceleramos el paso para llegar lo antes posible a la seguridad de nuestra casa, pero sin correr, no queremos inquietar a los ancianos. Hay uno que intenta tocarnos con sus manos marchitas, no sabemos si quiere agarrarnos o solo decirnos algo, pero no nos paramos a preguntárselo. Empezamos a correr, un escalofrío nos desgarra la espalda. Nuestra casa está cada vez más cerca, pero aún así da la sensación de estar a kilómetros de distancia, en otro mundo. Esquivamos a otro abuelo, empujamos a uno que está en la entrada apoyado en su andador. Es él o nosotros. Al final conseguimos entrar en Nola´s house. Cerramos la puerta con candado, apoyamos contra ella una silla por si las moscas. Desde la ventana podemos ver a los ancianos rondar por la calle como almas en pena. Hay docenas de ellos, tal vez centenares. Quien sabe lo que podrían hacernos si alguna vez nos atrapan.
Perdonad esta última ida de olla, pero es para que os hagáis una idea de la tensión que se respira en Narrawena, la Benidorn de Australia, donde si todo el mundo es un abuelo es porque debe haber algo contagioso en el ambiente, y por lo tanto es mejor andarse con pies de plomo.
                                          

16 comentarios:

  1. tioooooooo como mola la ultima aprte igual walkind dead ese jajaja.
    bueno por eso que dices al principio sobre que un dia lo entiendes todo y otro nada a mi me pasa en españa asi que no te asustes por eso aqui tambien te ha pasado.
    Ante todo no ter mines matando al perro o si es asi culpale a japones matalo con la flauta un abrazo tio

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  2. Muy guapas las fotos, por fin podemos hacernos un poco a a idea de por donde has caído. En cuanto a la ida de olla tranqui, aquí estamos más o menos igual.
    Visto el panorama de la casa más bien parece un campo de concentración con pase pernocta, tienes que preparar la fuga pero ya, aunque es una experiencia que todo hombre de bien debe tener, lo que cuentas es más o menos el agujero donde estuve en primero de carrera, pero sin japonés claro (perro si había)

    Bueno un saludo y a seguir disfrutando de la marchuqui.

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  3. Con el ambiente que dan los abuelos al barrio, tienes que llevarles una Foster y que te cuenten su vida, seguro que alguno estuvo en la 2ª Guerra Mundial y yo diría que hasta en la 1ª.

    Haz caso a Fernando y prepara tu fuga del lugar a un espacio más cercano de la City, corre sin mirar atrás y no olvides llevarte contigo la botella de brandy de la abuela, la flauta del japones y el móvil del brasileño, dignas piezas para una buena sala de trofeos.

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  4. Flipa la peña que va como si fuera verano con bermudas y camisetina y otros como de puro invierno con su abrigo y tó. ¿Todavía caerá algún día de frío?

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  5. Ya me hago una idea de tu actual habitat.A ver si hay suerte con el intento de cambiar de vivienda.Menos mal que la ultima parte no es mas larga.Ya empezaba a ver abuelos zombis pol barrio.FELIZ SEMANA A TODOS-AS

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  6. Joder que barrio tío, estoy con la peña, hay que preparar la fuga en cuanto se pueda o vas a pasar una buena parte de tu tiempo libre en un bus. El ambientazo The walking pre-dead es la cañita brava, a ver si consigues algo mas cerca y que no te suponga el gran palito claro, que por lo que nos contaste esta todo por las nubes...
    O si no hazte amigo de algún abuelo de estos y que te deje un coche, con motor eh? El de los picapiedra puede ser duro je je..
    Jorge no leas esto es un spoiler para ti... muy buena falling skies...
    Un abrazo

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  7. Es cierto que hay dias que no entiendes nada y eso que mi nivel de ingles es muy alto (no quiero risitas).
    La verdad que la historia de los abuelos es acojonante (como dice el Alfarito ¡Waking Dead!,es al unica serie que he visto, Bully ABRASADORRRRRRR).
    Por cierto, esa persona que te acompaña,ya que hablas todo en plural,¿quien coño es?.
    No sera una Negroncilla(amiga del brasileño).
    Ya nos contaras.
    Un abrazo

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  8. Estoy con la cátedra, tienes que escapar de allí como sea. Me comentan por aquí que la familia de la compañera de mi madre podría ayudarte a encontrar algo (ya han preguntado por tí a su hija y esta a su vez a mi madre, llamalos!!)

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  9. Sito esto es lo más, se mestán saltando las lágrimas no sé si de la risa, de añoranza o de pena por no sacar un rato y enseñarle a la "viejilla" entre tú y yo lo que es meterse una buena plomada de Soberano, ya te decía yo que con unas viandas y unos licores de aquí hubieras sido el puto amo.
    PD: Sito porfa, porfa pregunta al japonés si puede conseguirme..... una....PROFESIONAL KATANA!!!

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  10. Bueno, es definitivo el plan de fuga se va aclarando:
    Debes llamar a la hija de amiga de la madre de Dani, que lleva tatuado en su cuerpo el plano con el camino de fuga de Narrawena. Eso sí, antes debéis establecer la contraseña para poder identificaros: una clave de 6 números(4, 8, 15, 16, 23, 42). Aunque bien pensado, una llamada de teléfono puede ser peligrosa, pueden haberlo pinchado, así que mejor envíale un cuervo mensajero que vendrá de más allá del muro de hielo.
    Ten cuidado, en cualquier caso, cuando te encuentres con ella: recuerda que desde el otro lado pueden mandar un shapeshifter, (atento a la sangre de mercurio), que tendrá sus mismos recuerdos...
    Pensándolo bien, quizá sea mejor que simplemente busques un compañero de piso, redactes un buen contrato para garantizar una convivencia tranquila y te asegures de que en la puerta de enfrente viva una rubia maciza, que eso siempre da mucho juego.

    PD: Este post va por ti, Jorge, a ver cuantas series reconoces en el comentario anterior

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  11. Por fin aparece SuperGuillermito el Muñonerooooooooooo.

    Si le das a la viejilla una plomada de Soberano, otra de Terry y le cantas unos chopitos,seguro que se viene contigo a España a conocer al muñonero este.

    A ver si se estira el Guillermito y escribe habitualmente,tenemos las risas aseguradas.

    Adiossssssssssssss

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  12. Espero k despues de la ostia del curso no tengas k pagarte tu un piso si no te gusta el k te an asignado k esta claro k es una bazofia y lo tendran alli para la peña k no se keja de nada como el puto japones.no te dejes engañar y pide un piso acorde de lo k as pagado por lo menos k este centrico.ya sabes picate un poco y k no se te rian a la cara.por cierto no he recibido aun el ipad.mira haber k pasa.adios adios

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  13. Perdona las faltas y la ausencia dr comas pero escribo desde el movil

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  14. no hay manera....ya va el cuarto intento. besos

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  15. joder, ya me he enterdado, es que hay que hacerse cuenta en google...si es que nos tienen fichados queramos o no. Luisito, que me enteré tarde que te fuiste,(pensaba que para el 9 y ya te habias ido) y nuevamente me he metido tarde en el blog pero bueno, de esta forma me he reido mas, jejeje.

    lo de tener una y media para ir al centro no se me hace tanto, en Sidney, si fuera Alpedrete pues si, pero es Sidney!!!! asi te dará tiempo para corregir ejercicios del english o leyendo libros... no es mal plan.
    oye, si hay tantos abuelos quizas les diga a mis alumnas que vayan alla a abrir un centro geriatrico, asi dos pajaros de un tiro, tu no te los encuentras y podras dejar la puerta abierta y aqui menos crisis, jejeje, nada, todo es cuestion de decirselo al amigo rajoy. si es que no hay nada como ver mundo.....
    besazos.
    pd: me apunto a lo de Bego, si hay que hacerte un paquetito con abituallamiento....cuenta con ello.

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  16. bUEN BLOG HAMIJO LUISITO!!!!!

    Soy hamijo de dani y esta noche me ha comentado tus aventuras en el pais de los conguros y me digo voy a hacerle una visita!!!!!!!

    Cuidate .

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